Pilotar el desarrollo de los más desfavorecidos

Volviendo al vídeo social y recordando la visita a clase de Andrea, miembro de la cooperativa Pandora, me gustaría hacer alusión al vídeo social basado en el género documental cinematográfico.

De la misma forma que Made in L. A. llega a movilizar a las mujeres explotadas que trabajan para Forever 21, el español Diego Quemada-Diez denuncia el contacto que mantuvo con la realidad durante el rodaje de la película El jardinero fiel, en la que participaba como cámara y que le ha servido como escenario para su propia creación. Su experiencia ha dado lugar a una historia guiada por él para poder contarla a otros.

Conmovedor y sensible desde el primer momento, I want to be a pilot muestra sin aferrarse en llantos infantiles ni cuerpos desnutridos, la infancia de los más desfavorecidos en una escuela de huérfanos en Kibera, un barrio de chabolas ubicado en Kenya. Su mensaje provoca la reacción de la sociedad ante una situación de la que todos somos responsables.

Omondi, un niño de doce años, es el encargado de dar voz a esta historia y a sus inquietudes. Su sueño: ser piloto. Dejar atrás lo que ha vivido hasta ahora. Ser huérfano, enfermo de SIDA y azotado por el hambre no es un inconveniente para hacer realidad sus expectativas paralelas al mundo que le rodea. Con la mirada puesta en el cielo como única esperanza y deseo, Omondi es consciente de que otra realidad es posible y a pesar de la falta de medios la puede alcanzar.

El director Diego Quemada-Díez ha recibido numerosos premios a nivel internacional por este trabajo no sólo cinematográfico, también de conciencia social. Más información sobre este y otros proyectos puede ser vista en su página http://iwantobeapilot.com/.

Leticia L. A.

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